El hombre al nacer es blando y débil, pero al morir se vuelve rígido y duro.
Los diez mil seres, todas las plantas y los árboles son blandos y flexibles mientras viven, pero secos y quebradizos cuando mueren. En verdad, la rigidez y la dureza son rasgos de la muerte, la blandura y la flexibilidad son rasgos de la vida. Por eso el alma que es demasiado dura se rompe y el árbol de madera más dura es el primero en ser talado.
En verdad, lo duro y lo fuerte son derribados mientras que lo blando y lo débil ascienden a lo alto.
Durante toda mi vida he luchado contra la rigidez de mi cuerpo y de sus sensaciones, de mis pensamientos y de sus hábitos, de mis sentimientos y de sus palabras... sólo después de más tres décadas de guerra total empiezo a sentir la flexibilidad porosa de mi ser, una excepción dentro del canon que anuncias. A este paso, si me permito llegar a viejo seré una masa de gelatina...
ResponderEliminarBonita imagen la que corona tu tao, ¿es tuya?